LOS NEGOCIADORES HABLAN DE CAMBIOS EN ESTOS EXPEDIENTES
Fuente DANIEL GHAMLOUCHE | ANDREA GONZÁLEZ de autonomosyemprendedor.es
El Gobierno quiere extender los ERTE más allá de septiembre y con «cambios fuertes». Podría ser que ya no se prorrogarán automáticamente. Los autónomos tendrán que volver a solicitarlos, según fuentes del sindicato Comisiones Obreras, lo que supondría que algunos negocios se quedasen fuera. .
Los autónomos seguirán teniendo ERTE más allá del 30 de septiembre, fecha en la que estaba previsto que expiraran. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, afirmó este viernes, tras haber concluido el primer día de negociación con los agentes sociales, que los expedientes se prorrogarán más allá del 31 de diciembre de este año y que incorporarán «cambios fuertes».
Al parecer, la idea que baraja el Gobierno y que habría trasladado a la mesa de diálogo social sería un «modelo de transición» hacia el ERTE estructural que, previsiblemente, llegará en 2022 y traerá grandes modificaciones a nivel de exoneraciones, y de financiación de esta herramienta. Según confirmaron fuentes del sindicato Comisiones Obreras a este diario, esta última prórroga de los ERTEs extraordinarios «distará mucho» de los expedientes que se diseñaron para la pandemia.
Una de las grandes novedades que se habrían puesto encima de la mesa, es que los autónomos y empresarios con empleados afectados en ERTE no seguirán acogidos automáticamente a los expedientes -y sus beneficios en exoneraciones-, sino que deberán volver a solicitarlos. » La propuesta del Gobierno es que se haga una nueva solicitud de los ERTE, y ayer en la mesa de negociación todo el mundo estuvo conforme con esa propuesta. Hay que establecer el mecanismo de cómo se tendrán que solicitar pero, en principio, es el planteamiento que está encima de la mesa», explicaron las mismas fuentes de CCOO.
VOLVER A SOLICITAR LOS ERTE SUPONDRÍA LA EXCLUSIÓN DE MUCHOS AUTÓNOMOS
A expensas de que se alcance este acuerdo y se concreten los nuevos detalles de este «modelo de transición», los expertos consultados por este diario coinciden en que «podría suponer un aumento de costes para los autónomos, como honorarios de abogados, gestores, graduados sociales y asesores por la tramitación de los nuevos ERTE«, aseguró Luis San José, abogado laboralista del despacho AGM abogados.
PODRÍAN EXTENDERSE MÁS ALLÁ DE DICIEMBRE Y CON «CAMBIOS FUERTES»
Aparte de los cambios en las condiciones de solicitud y el posible fin de las prórrogas automáticas, de las últimas palabras de la ministra de Trabajo se puede deducir que estos nuevos ERTEs se podrían extender más allá del 31 de diciembre, ya que «es una fecha mala, porque estamos en la campaña de Navidad. Será una duración muy apegada a lo que necesitan las empresas», dijo Yolanda Díaz.
De hecho, los agentes sociales ya han pedido en la mesa de negociación que este «modelo de transición», independientemente de sus condiciones, dure como mínimo hasta el 31 de enero de 2022. Así mismo, la ministra de Trabajo aseguró que el nuevo esquema incorporará «cambios fuertes».
Uno de ellos sería la formación, que se introducirá de manera relevante para los trabajadores que sigan en ERTE, como ya avanzó el pasado jueves el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. Además, también preocupa la forma en la que se desafectarán los empleados del expediente: «siempre digo que la salida es más compleja que la entrada. Aunque sean pequeñas cantidades de trabajadores en ERTE es muy importante cómo resolvemos la ecuación de salida. Por tanto, habrá cambios», según apuntó, por su lado, la vicepresidenta y ministra de Trabajo.
POSIBLE FIN DEL ERTE «POR FUERZA MAYOR» Y COMIENZO DEL MECANISMO PERMANENTE
La introducción en este modelo transitorio de conceptos como la formación hace pensar a los expertos que el Gobierno ya baraja que ésta sea la última de las prórrogas que conocemos de los ERTEs extraordinarios, que dará paso a un nuevo mecanismo: el ERTE permanente.
Dicha herramienta viene recogida en el punto 23 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia publicado por el Gobierno. En este apartado se desarrollan lo que serán «las nuevas políticas públicas» y se incluye precisamente la necesidad de «introducir de manera permanente mecanismos de ajuste interno de las empresas antes shocks (ERTE), que se nutran de la experiencia acumulada durante la pandemia». En este sentido, el Ejecutivo, desde el presidente hasta los titulares de diferentes ministerios, llevan meses aclarando que su intención es no dejar caer los ERTE, ni sus exoneraciones para los negocios en las cotizaciones a la Seguridad Social por sus trabajadores.
De hecho, la vicepresidenta económica y ministra de Economía, Nadia Calviño, ya sugirió en agosto que el diálogo social abordará tarde o temprano si los ERTE deberían “transformarse desde el instrumento de choque que son ahora a una oportunidad para que los trabajadores reciban formación y se recualifiquen, en línea con lo que hace Alemania”. El Gobierno tiene la vista puesta en el modelo ‘Kurzarbeit’, una modalidad de jornada reducida en la que el Estado paga temporalmente hasta dos tercios del salario al trabajador y ofrece formación para reincorporarle al mercado laboral e impedir despidos masivos.
Si bien todavía están pendientes de concretarse los detalles del futuro modelo, previsiblemente, este expediente estructural cubriría a los negocios con caídas de demanda -en principio de cualquier dimensión, desde micropymes hasta grandes empresas- para quitarles parte de la carga salarial de sus empleados y un porcentaje, que aún no está concretado, de exoneración de las cotizaciones sociales a la Tesorería. Sin embargo, y como punto clave de diferencia respecto a los actuales ERTE, es probable que esta herramienta se financie compartiendo los costes con los negocios y los empleados, a través de un fondo ‘tripartito’ -Administración, empresa y trabajador- que recaiga, por un lado, en las arcas públicas y por otro lado, se costee con un porcentaje fijo sobre las cotizaciones.
Para explicar de forma gráfica el funcionamiento de este futuro expediente, diferentes expertos ponen el ejemplo de un acordeón: este ERTE sería similar, se estiraría y encogería en función de la demanda de la empresa. Si el negocio recupera la demanda y necesita una plantilla más extensa de trabajadores podría recuperar a su empleado y si necesita un ajuste, se reduciría la jornada del trabajador y, además, se le formaría durante el tiempo que no está trabajando para poder aumentar sus capacidades y sus posibilidades de reincorporación al mercado.
Al parecer, la formación sería la clave de este nuevo modelo, ya que los negocios se van a tener que adaptar pronto, cuando termine la crisis y comience la recuperación, a una realidad diferente y transitoria. Habrá empresas y sectores con mayor necesidad de apoyo porque los patrones de demanda ya no van ser los mismos y hay que ajustar la actividad económica.